En Junio publicamos la Primera parte: EL TREN. Por si queréis releerlo. Aquí os lo linko…
http://www.lasuelta.com/?s=el+tren
Segunda parte:
El runruneo del tren continúa, el calor sofoca, el viaje se antoja largo, o corto. Depende de cómo lo leas…
El roce ha dejado paso al descaro, la mirada al beso y en un acto prohibido te ha bajado las bragas…
Te ha sentado a horcajadas sobre él, los dos sudáis, tropezáis, os buscáis, tenéis hambre.
Hubiera estado bien preguntarle el nombre, de donde viene, a donde va, ahora ya es tarde…
Notas la presión ahí abajo, no sabes si podrás metértela… Pero estás tan cachonda…
Y cachonda la coges, levantas el culete y te la acercas buscándote. Y por fin su punta encuentra tu tesoro. Tu delicado y travieso órgano fuente de radiantes orgasmos.
Te la metes. Te entra. Te abre. Te tiene. Te alcanza y levantas la cara. Te erizas. Te abre en canal. Te imaginas que te acaricia el ombligo, la sonrisa. Esto es el clímax. Pondrías el Stop y que no siga la vida. Aquí te quedas. Y él decidido te coge con sus manos tu culo y te sube. Te sube y baja. Sintiendo cómo se te erizan hasta los pezones. Tus pestañas. Y en pura telepatía sabia. U olor de hombre aventajado te baja el sostén te descubre el pecho y te chupa el pezón autoritariamente. Y sólo consigue subirte más. Ponerte más cachonda.
Sientes que vas a volar en cada embestida. Te sientes abierta en dos. Suya. Inmensa. Potente. Tremenda.
Subes al cielo. Le coges el cuello. Miras sus rasgos de adonis imperfecto. Doblegado. A tus pies. Cachondo. Sumiso. Tuyo. Te come la boca. Hambriento. Juegan las lenguas. Se gustan, se desean. Le lames los labios. Le chupas la barbilla. Y él te embiste y te sube. Caes y explotas. En un chorro de tesoros incombustibles. Desde lo más alto que hubieras alcanzado te dejas caer. Te recorre un orgasmo cual lava ardiente tu columna. Te arqueas. Lo sientes. Te dejas.
A la vez que tu orgasmo provoca cual clic efectivo el suyo y se corre contigo en brillante gesto simultáneo con grito ahogado en tu oreja, mientras te agarra fuertísimo tu cabeza entrelazando sus dedos en tu melena.
Poderoso sexo.
Caes y tu cuerpo se va deshinchando. Suavizándose. Enterneciéndose.
Te mira, ahora radiante, poderoso y feliz de haberte alcanzado. Místico instante compartido.
Te besa intenso y tierno a la vez. Te tapa entre divertido y protector con su chaqueta.
Pasan unos minutos de silencio necesario. Recomponiendo el aliento. La entereza. La perspectiva.
Casi sientes el fin. Te duele salirte. Te sabe hasta mal volver a vestirte.
Te compones y te colocas la melena.
Mañana te dolerá todo. Hoy sabe a mermelada…
Miras por la ventana divertida.
Te mira, sonríe y vuelve a mirar por la ventana.
Nada que decir. Innecesario.
Suelta.
La Suelta.
Estaría bien haber preguntado el nombre…
Esta suelta esta muuuyyyyyy suelta. Boníssim.
molt chulo!!!!!
Ualaaaaa! Bravo, bravisimo! Gracias por volver! Y mil gracias por volver así!