¡Me voy de rebajas!

O de compras. ¿A comprar qué? ¡Qué más da!

Estamos en Enero, todo está reventado de precio. ¡Es mi momento!

Porque necesito… mmm… necesitar lo que se entiende por necesitar ¡No! He de ser sincera. Pero… unos pantalones para llevar con aquella camisa estampada, que es tan peculiar, personal, irreverente, descarada y llamativa… que nunca me pongo, o nunca me atrevo a ponerme, o nunca combina. Pero si encontrara esos pantalones que le fueran como anillo al dedo, estoy segura que triunfaría, divina sería mi apellido.

Me prometo plantarme prontito en la calle de las tiendas, no sea cosa que con el barullo se acumule la gente, se desordene la ropa y la menda no encuentre nada. Y eso no puede ser.

Entro en la tienda que más me mola, la más de lo más. A la que nunca entro porque me pierde el textil y el numerito que veo en la etiqueta o me seducen silenciosamente los bolsos ahí colgaditos, tan monos, de piel auténtica, ese tacto…. Empiezo a mirar y descubro unos pantalones increíbles… busco mi talla. No está, como no: Son rebajas.

Me digo que en nada bajaré los cinco kilillos que me sobran… voy a probármelos, igual…  igual suena la flauta… y ésta me baja 5kg de golpe ¡plus! ¿No? ¡Nena! ¡ilusa!

Resulta que los probadores son con espejo compartido… ¿dónde se ha visto!? ¿Los decoradores de tiendas nunca han tenido complejos o inseguridades? Se han visto divinos siempre… y ¿qué pasa? que se miran al espejo cuando hay extraños delante… joooo! ¡Que una tiene su pudor! Voy a tirar de imaginación y me voy a suponer que estoy sola, no hay nadie y soy la copia viva de la Giselle Bundchen… en moreno.

Los pantalones no entran. Ni dentro del vestidor, ni fuera supongo, pero paso de mirarme así en el espejo…

Paso.

Me llevo unos pantalones muuuuy parecidos de mi talla, paso de probármelos y unos pantys súper originales. ¿Los necesitaba? Mmm. No! (*jolines la conciencia con la preguntita de si lo necesitaba! ¡Me encantan! ¡Punto!) Pero ahora que los he encontrado no podría vivir sin ellos, están hechos para mí. No sabía que existían. ¡Suerte que he venido y los he rescatado del anonimato!

Sigue mi andadura en otra tienda, donde medio peleo con sonrisa educada con una señora por un gorro. Al verlo ni plim… pero al ver que me lo quería quitar de mis propias manos… aaah! No! ¡Eso sí que no! Me lo quedo ¡¡por supuestísimo!! Ahora me parece arrebatador incluso.

Empiezo a calentarme. Ya estoy rodada, tienda que entro tesoro que encuentro. Ya no puedo parar, no hay stop. ¡La visa dice para! ¡Mis piernas dicen para! Mi conciencia no osa decir nada. ¡No tengo actualizada mi aplicación del sentido común! ¡Y yo de rebajas!

Es que (así comienzan todas las justificaciones absurdas de la humanidad, cariño!) un instinto de hambre superior a la necesidad me lleva a pensar que si dejo de entrar en las 20 tiendas que me faltan… 20 tesoros que quedarán ocultos a mis ojos y otra persona los descubrirá y se apropiará de ellos. Y es que este Enero hay cada ganga que ni soñarla. No sé si me quedan días de invierno para ponerme todas las prendas, bufandas, jerseys y pantalones que he llegado a rescatar.

El problema después es combinar cada uno de ellos en un conjunto… real. Pero bueno, ¿qué más da? el tema es que el tesoro esté en el cajón de mi casa y no en el de la arpía aquella que me quería robar MI súper gorro.

Yo que nunca llevo gorro.

Al final acaba el día, por suerte. Cierran las tiendas y no te queda otra que largarte a casa. Cargada de tesoros, gangas y gangones.

Y es que se ha apoderado un Alien de mi cuerpo que me empujaba a comprar, gastar, despilfarrar, llevarme… sin probar! Y… ¡siguiente! ¡soy lo peor!

Llegas a casa y… piensas: ¿qué hago? ¿Enseño toda la colección de tesoros rescatados?

¡Bah! ¡Paso! Hará un cálculo rápido del gasto por minuto que he tenido y me hará alguna pregunta retórica de ¿para qué quieres esos pantalones? Y yo responderé: para combinar, cariño. ¡Que tú no lo entiendes!

Pirata.

La Suelta.

2 pensamientos en “¡Me voy de rebajas!

  1. BigPepe dice:

    i pensar que jo es dia que tenc que anar a comprar roba, és una autèntica amargura… quant diferents són homos i dones !!

  2. roal45 dice:

    Jajaaj.. Ni pintado…. Q risas… Me meo…jajja

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